DECLARACIÓN SOBRE LA ELECCIÓN DEL PAPA FRANCISCO
Monseñor José H. Gomez
Arzobispo de Los Ángeles
La elección del Papa Francisco me llena de alegría.
Para nosotros católicos, este es un momento espiritual hermoso, un momento de alegría y de acción de gracias. Un momento de oración por toda la Iglesia.
Hoy es un gran día, no sólo para los católicos, sino para el mundo entero. Porque el Papa es un signo vivo de la universalidad de la Iglesia de Dios. El Papa es un signo del amor de Jesucristo por el mundo y por todas las personas de todas las naciones.
He tenido el privilegio de conocer al nuevo Santo Padre a través de nuestro trabajo conjunto en la Pontificia Comisión para América Latina. Tengo expectativas de verlo y conocerlo mejor durante mi viaje a Roma el mes que viene.
Es una hermosa señal que nuestro nuevo Papa sea el primer Papa de las Américas, del Nuevo Mundo. La elección del Papa Francisco es una invitación a todos para que nos esforcemos por la santidad y trabajemos para que nuestros países y nuestros continentes sean un “nuevo mundo de fe”.
Damos gracias a Dios por habernos dado un Papa que es un hombre humilde que vive en sencillez y con deseo de santidad. Nuestro nuevo Papa es un defensor de los pobres, un maestro fuerte y un líder comprometido con la renovación de la Iglesia y la nueva evangelización de nuestro mundo.
Elevo mi oración por el Papa Francisco, unido a mis hermanos y hermanas de la Iglesia en Los Ángeles, en el continente americano y en el mundo entero, y le prometo mi lealtad, amor y obediencia.
Invoco la intercesión de Nuestra Señora de Guadalupe por nuestro nuevo Papa, y para que todos nosotros nos acerquemos a Jesús, en comunión con el Santo Padre.
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